¿Qué es la Investigación y Desarrollo? y ¿Cómo implementarla en la Empresa?

Todas las personas realizan investigación y desarrollan ideas con propósitos definidos. En general, aplica para actividades fuera de la rutina o cuando se necesita tomar alguna decisión de la que depende algo relevante y no se dispone de información suficiente para bajar el nivel de incertidumbre. Las motivaciones son variadas. Igual pasa en las empresas.

Cada día aparecen y desaparecen productos, servicios, negocios. Es la ley del inexorable cambio. El mundo de las grandes distancias, las regiones aisladas y los negocios imposibles desapareció a la misma velocidad que las ciencias y tecnologías impactan al planeta.

Ya no aplica a aquella frase de “paren el mundo que me quiero bajar”. Ahora simplemente desaparecen empresas y negocios por no aportar nada nuevo e impactante a los mercados, a los clientes.

Para sobrevivir exitosamente en un mercado feroz, hay que ir un paso delante de la competencia, y eso requiere visión, planificación estratégica y recursos para hacerlo, en especial, de alguien o algo dedicado a investigar y desarrollar nuevos productos, servicios, mercados y en particular de gestionar la innovación.

Las empresas que deciden aceptar el reto de mantenerse competitivas y surfear la ola del éxito, invierten en investigación y desarrollo. Los pormenores de esta inversión responden, entre otras cosas, al tipo de actividad de cada negocio, a su tamaño y alcance, a los recursos disponibles y a sus expectativas de crecimiento.

Sin embargo, lo que es común para todos es que la actividad de I&D debe estar inmersa en el plan de empresa, sea este informal, estratégico o de corto plazo. Inclusive la I&D puede ser puntual, para períodos u objetivos específicos o continua, para empresas sólidas y consolidadas.

Cuando la actividad de I&D forma parte del Plan de Empresa y este es de carácter estratégico, quizás la primera decisión es la “forma” de implementarlo.

En las empresas con recursos internos apropiados, quizás la mejor forma de hacerlo es creando una función, unidad o departamento interno especializado. En otras, quizás sea más eficiente contratar los servicios de empresas especializadas.

Cada caso es único. Existen excelentes opciones de consultoras externas para ayudar en ambos casos.

Todo lo importante y nuevo, en su fase de creación, es mejor asumirlo como un proyecto. Todo proyecto necesita al menos un líder, presupuesto, colaboradores, procedimientos, instructivos. Desde la plataforma temporal de un proyecto es más efectivo instaurar un área de I&D.

Para que el proyecto sea exitoso y su permanencia en el tiempo esté asegurada, es necesario que toda la empresa, sus mandos y empleados, comulguen con el mismo y lo hagan suyo. De otra forma, es posible que se convierta en solo un centro más de costes.