Cinco razones por las que es mejor hacer un curso de idiomas en el extranjero

Nadie nace “hablando” algún idioma. Se aprende del ambiente y en general de la madre, o tutores responsables . Es la mejor forma de aprender un idioma, de allí que siempre resulte más efectivo, cuando se dispone de los recursos necesarios, estudiar un nuevo idioma en el extranjero, alejados lo mas posible de nuestro entorno natural. Veamos algunas razones.

Para aprender un idioma diferente, debe reducirse al mínimo el uso del propio. A diferencia de los chavales, los adultos tienen la tendencia a comparar, contrastar, juzgar. Es parte del repertorio, ha tomado tiempo llegar a ser adultos y en el camino se han acumulado juicios y prejuicios.

Sin romper ese molde es difícil facilitar el aprendizaje de un nuevo idioma. Mientras menos se exponga una persona a su idioma original, mejor. Un idioma no son solo palabras con significado diferente. De alguna manera, también implica una manera diferente de ver el mundo y de relacionarse con él.

Las costumbres, las usanzas, la cultura, las reacciones y emociones son particulares. La mejor manera de aprender es ver y “sentir” a las personas en su vida cotidiana. Las calles también enseñan, así como los bares, los cafés, las tiendas; son fuentes invalorables de conocimiento y experiencia dispuesta para facilitar el aprendizaje. Ni hablar de hacer amistades y hasta de ligar.

Ver television, escuchar la radio, leer el periodico, ir al cine, son formas de acelerar el parendizaje.

Aprender debe ser una aventura motivadora y divertida, aun para los adultos. Esto estimula el involucramiento y apertura a nuevos aprendizajes y situaciones.

Cuando se está en el extranjero uno está rodeado “en ese idioma” y qué mejor manera que asumirlo que como una oportunidad para pasar un tiempo agradable y divertido. La motivación estimula el aprendizaje.

Mas allá de aprender el idioma, la experiencia de vivir por un tiempo en el extranjero amplía las oportunidades y permite adquirir una visión que puede resultar útil a futuro.

Es un tipo particular de vivencia que puede nutrir nuestras perspectivas y hasta darnos pie para un nuevo empleo o negocio.

Además, si se logra un trabajo o una beca, la experiencia resultará indeleble y enriquecedora.

Combinar un curso en el extranjero con vacaciones o tiempo libre es una sabia decisión . Nos permite “conocer mundo” y a la vez obtener de ello algo más que un recuerdo placentero.

Es como aprovechar lo mejor del placer y del trabajo al mismo tiempo.

Resumiendo, no hay mejor razón para aprender algo que la propia satisfacción de poderlo hacer y si además la vida se enriquece, mejor aún. Por todo esto, siempre será mejor tomar cursos de idiomas en el extranjero.